POCO MÉRITO: Este cebolla jugaba con ventaja: Sabía mover las piezas (¡hasta el enroque!) y D. Alfonso Moya, gran profesor de EGB, mecanografía y "radiofónico" le enseñó el mate pastor, no ganó por bueno,no, sino por lo mal que jugaban los otros. No os creáis que en aquella época nos dedicábamos a jugar a ajedrez en las plazas como si estuviésemos en Moscú, tampoco, hacíamos el haragán en el Pino de la Murta escuchando a los "Bitels", bañándonos en las baheras (imagino que el término procedía de bañera), como la del Salto El' Lucero (manía de cambiarlo de nombre), haciendo peleas en El Castellar y atletismo de velocidad con los guardas de los alberchigos, deporte muy salado. Aficionados a la arquitectura: construíamos cabañas en el río al tiempo que visitábamos los edificios más emblemáticos del entorno como eran, entre otros, La Rafa, El Casón de Los Carreño, Las E????????. N????. y cualquier otro inmueble de apariencia poco habitado (Nota: éramos menores y esto debe estar prescrito ¿No Manolo?) además los souvenirs que obteníamos los donábamos a niños necisitados.
Joer, que tiempos, gracias a la OJE y sus campamentos, "con la enseña redentora de la paz" me hice de izquierdas y con la "Cruzada de la Bondad" ateo; con el "Tio la Pita" ahora "Hago saber" a mis alumnos y con el "Vota a Carpena" ... P.D. Gracias D. Luis por los vídeos.
Quedaban atrás los tiempos en que pasábamos más hambre que un maestro de escuela, pero como el sueldo aún era corto, y si el invierno llegaba pronto, era el hermano mayor el que seguía con pantalones por la rodilla (p´a que se queje luego el que no estrenaba), las cristalinas eran caras y las canicas de barro de pobres, con lo que aparecieron las primeras entidades de depósito. Entre montañas nevadas, banderas al viento y el burro de la tía vinagre poníamos música a los libros de Salgari, que a veces devolvía el mismo día después de leerlos tras el huerto de los membrillos. Abrazos bibliotecaria!!. El tiempo borra las caras y difumina los nombres, nos deja más agujeros que los "arqueólogos" dejaron en el Castellar, pero ¡hala! Un saludo p´al Chichas, el Purina, el Fonsi, los Campoy, el Espejo, el Cani, La Paqui... Ups aquí lo dejo, me llega un Whatsup.
POCO MÉRITO: Este cebolla jugaba con ventaja: Sabía mover las piezas (¡hasta el enroque!) y D. Alfonso Moya, gran profesor de EGB, mecanografía y "radiofónico" le enseñó el mate pastor, no ganó por bueno,no, sino por lo mal que jugaban los otros.
ResponderEliminarNo os creáis que en aquella época nos dedicábamos a jugar a ajedrez en las plazas como si estuviésemos en Moscú, tampoco, hacíamos el haragán en el Pino de la Murta escuchando a los "Bitels", bañándonos en las baheras (imagino que el término procedía de bañera), como la del Salto El' Lucero (manía de cambiarlo de nombre), haciendo peleas en El Castellar y atletismo de velocidad con los guardas de los alberchigos, deporte muy salado.
Aficionados a la arquitectura: construíamos cabañas en el río al tiempo que visitábamos los edificios más emblemáticos del entorno como eran, entre otros, La Rafa, El Casón de Los Carreño, Las E????????. N????. y cualquier otro inmueble de apariencia poco habitado (Nota: éramos menores y esto debe estar prescrito ¿No Manolo?) además los souvenirs que obteníamos los donábamos a niños necisitados.
Joer, que tiempos, gracias a la OJE y sus campamentos, "con la enseña redentora de la paz" me hice de izquierdas y con la "Cruzada de la Bondad" ateo; con el "Tio la Pita" ahora "Hago saber" a mis alumnos y con el "Vota a Carpena" ... P.D. Gracias D. Luis por los vídeos.
Quedaban atrás los tiempos en que pasábamos más hambre que un maestro de escuela, pero como el sueldo aún era corto, y si el invierno llegaba pronto, era el hermano mayor el que seguía con pantalones por la rodilla (p´a que se queje luego el que no estrenaba), las cristalinas eran caras y las canicas de barro de pobres, con lo que aparecieron las primeras entidades de depósito.
Entre montañas nevadas, banderas al viento y el burro de la tía vinagre poníamos música a los libros de Salgari, que a veces devolvía el mismo día después de leerlos tras el huerto de los membrillos. Abrazos bibliotecaria!!.
El tiempo borra las caras y difumina los nombres, nos deja más agujeros que los "arqueólogos" dejaron en el Castellar, pero ¡hala! Un saludo p´al Chichas, el Purina, el Fonsi, los Campoy, el Espejo, el Cani, La Paqui... Ups aquí lo dejo, me llega un Whatsup.
El autor del anterior comentario es... el mismo que ganó la medalla.
ResponderEliminar