martes, 16 de octubre de 2012

Posted by Ródenas 50 Aniversario On 16.10.12
Me pide mi compañero y amigo Juan Matías Caballero, que en la actualidad rige la dirección del que fue mi colegio durante veinticuatro años, que le haga una historia referente a este centro. Me pide, además, que sea breve.

Vine a Bullas en el concurso de traslados del año 1969, pero por razones de consorte en el destino anterior no ejercí hasta el 1970.

En Bullas había una Agrupación Escolar Mixta, es decir, aglutinaba a todas las unidades diseminadas por la localidad: las "escuelas de los cuatro maestros" ("Don Antonio García), "el lavaor", "la Cruz, la escuela de Dª Laura, la calle Leonas, y lo que es en la actualidad el Colegio Ródenas.

Dirigía esta agrupación un maestro de valía poco común: Don Juan Sánchez Fernández.

Por el año 70-71 se inaugura el colegio Artero y pasó la agrupación de veinte unidades a treinta y tantas. El aumento de tal número de unidades se le plantea a la Inspección hacer de la Agrupación dos colegios que resultan ser el "Colegio Artero" y el Colegio Obispos García-Ródenas. Este último lleva el nombre de dos hijos de Bullas Antonio García García y Alfonso Ródenas García, que por su preclara inteligencia y valía humana el primero llega a ser arzobispos de Valladolid y el segundo obispo de Almería.

La creación de los dos colegios lleva consigo el nombramiento de dos directores. En el Artero sigue como director D. Juan Sánchez Fernández, y se inicia el proceso para la elección de quien debería ser el del colegio "Obispos García-Ródenas". Para ello la Inspección giró un oficio al todavía director de la Agrupación en la que ordena reúna al claustro de Profesores que ha de componer la plantilla del nuevo centro y mediante una votación del claustro, y reflejado en el acta, mande una terna de los tres profesores más votados y por orden de número de votos, para proponer a la Administración el nombre habría de ser, el director del nuevo centro. Recayendo el mayor número de votos sobre mi humilde persona, como así consta en las actas de los libros de archivo.

A los pocos días llegó mi nombramiento, remitido por la Delegación del Ministerio.

El número de unidades con las que se quedó el colegio fue de dieciséis, pero la ampliación de la enseñanza obligatoria hasta los 14 años y la necesidad de unidades de preescolar, cuestión esta última en la que puse todo mi empeño por conseguir, hicieron necesaria la ampliación del colegio a 22 unidades.

Acabada de iniciarse la EGB, para mí una de las mejores reformas de la enseñanza, a pesar de la precariedad económica y la escasez de personal. Éramos tantos maestros como unidades. No había nadie libre. Cuando un maestro se ponía enfermo o no podía asistir a clase por alguna causa, sus niños nos los repartíamos entre los demás. Los niños salían hacia el instituto con una enseñanza sólida, conociendo los pilares básicos de la enseñanza, la Lengua y las Matemáticas.

Y así va transcurriendo el tiempo, el colegio aumentó de unidades según la necesidad, y yo rodeado de un grupo de compañeros colaboradores, amigos en definitiva, y entre todos haciendo cada uno lo que podíamos. Si bien es cierto que el pensar llegar a la perfección es una utopía.

Antes de que llegara la democracia puedo decir sin lugar a equivocarme, que en lo concerniente a la organización y a la marcha del colegio, ya éramos democráticos. Cualquier decisión que revestía un carácter de cierta importancia era sometida a la consulta del profesorado y entre todos decidíamos. Cuestiones que para algunos compañeros directores les resultaba difícil y complicada, para mí era fácil. Yo era el primero que me embarcaba en todas las decisiones, nunca les abandonaba en ninguna empresa. Intenté siempre ser el amigo compañero. Cada uno en su puesto y en su lugar y como tal siempre fui correspondido. La verdad es que tuve muy buen personal, tuve mucha suerte.

Los edificios se construyeron, el de Don Antonio García en el año 1927 y el de Don Alfonso Ródenas en el 1960.

Estuve al frente de la dirección 17 años, y puedo decir que los años más felices en este centro fueron los últimos de mi vida profesional, cuando estaba en mi aula y con mis alumnos. Muchas veces pensé que yo iba para maestro y me quedé 17 años de director.

Estamos muy agradecidos tanto mi señora como yo al colegio y todos mis compañeros. Nos hicieron una despedida de lujo. Como Mari Carmen y yo somos de la misma quinta, decidimos acogernos a la jubilación voluntaria y anticipada. Y ese tiempo nos ha dado una oportunidad de disfrutar de unos años de ocio. Estábamos pisando ya los cuarenta años de servicio cuando nos fuimos.

Las unidades diseminadas por todo el pueblo, como la Cruz, la escuela de Doña Laura, etc., se cerraron y los alumnos nos los trajimos a los dos edificios que componen este centro.

Sobre los compañeros y maestros de este colegio no voy a mentar a ninguno en particular, sólo a uno que murió entre nosotros, Salvador del Amor, en acto de servicio. En la época que yo fui director pasarían por este centro más de cien compañeros, cada uno dio lo que supo.




3 comentarios:

  1. Anónimo10/25/2012

    Tuve la grandísima suerte de tener a Don José Gómez Huertas como profesor durante prácticamente todo mi paso por el Colegio Ródenas. Para mí, el mejor profesor que tuve en toda mi vida. Aún hoy, 18 años después, conservo sus apuntes y todas las libretas de mi paso por la Escuela, que nos sirvieron de gran ayuda en nuestro paseo por "Los Cantos" tanto a mí como mis otros 17 compañeros, que despedimos con gran tristeza tanto a la E.G.B. como a este maravilloso profesor.

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  2. Anónimo10/25/2012

    Me emociona leer las palabras que ha escrito. Fue mi maestro durante toda la etapa y aún recuerdo sus enseñanzas, sus frases...esos apuntes redactados de su puño y letra...Hoy, yo también soy maestra y he puesto en práctica cosas que él nos enseñó...Como he dicho antes, la mejor época fue mi paso por el colegio junto a mi maestro Don José, el mejor que he tenido y al que siempre recuerdo con mucho cariño...

    Milagros Tamboleo Amor

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  3. Anónimo11/28/2012

    A mis alumnas

    He leído en las páginas de Internet que hablan del C. P. “Obispos García-Ródenas”, dos escritos de dos alumnas mías de aquellos tiempos ya lejanos. Y agradezco enormemente el reconocimiento que de mi hacen.

    En ambos escritos recuerdan con aprecio los años que pasaron por mi clase. Yo también estoy orgulloso de haber sido vuestro maestro. Hay un dicho en pedagogía que dice: “Dame buenos alumnos que yo sabré enseñarles”.

    Queridas alumnas, ambos hicimos lo que teníamos que hacer; yo enseñaros y vosotras aprender. En la vida hay que ser todo lo honrado que se pueda, cumpliendo cada uno con su responsabilidad.

    Muchas gracias por vuestro halagos y sabed que me tendréis siempre a vuestra disposición.

    Jósé Gómez Huertas

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