miércoles, 28 de noviembre de 2012

Posted by Ródenas 50 Aniversario On 28.11.12
Me pedís que os cuente mis recuerdos del paso por las escuelas Obispos Ródenas. ¿Qué queréis que os diga? Que fueron los años más felices de mi vida. Empezamos cuatro: Angelines, Paquita, yo … De la cuarta no recuerdo el nombre, pero sí sé decir que era un encanto, nos llevábamos muy bien, así como las que llegaron después, de las que guardo un buen recuerdo, aunque los nombre se me han borrado de la memoria ¡los años!. Sí recuerdo de una manera especial, a Ana Hernández Pina y a Dolores Guillermo, con las que sigo una relación muy buena; vienen a verme de vez en cuando.

En cuanto a mi labor docente, era muy gratificante, tenía un buen alumnado y yo disfrutaba enseñando y viéndoles progresar. Había alguno más difícil, pero me quedaba más tiempo para que pudieran terminar sus deberes. Alguno hasta me lo llevaba a mi casa para reforzar el trabajo de la escuela.

Uno de ellos, Antonio, mi Antoñico, como digo yo, me tomó mucho cariño y sigue visitándome con frecuencia, como su mujer y sus hijas.

Me hice cargo del comedor escolar, que me dio bastante trabajo, pero me compensaba el enseñar a los niños a comer y a que estuvieran bien alimentados. También comían un grupo de maestros después de los niños; por supuesto que del mismo menú. Esto ayudaba a estrechar los lazos de amistar y compañerismo.

De la escuela recuerdo las vísperas de Navidad que preparábamos los villancicos y concursábamos en el teatro.

En mayo hacíamos el altar con la Virgen que adornábamos con flores y todas las tardes nos juntábamos las cuatro clases para rezar y cantar a la Santísima Virgen.

Mi paso por el Ródenas fue sembrar, el fruto, espero, será positivo. D.M.



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