jueves, 25 de abril de 2013

Posted by Ródenas 50 Aniversario On 25.4.13
¡Felicidades! a todos los que celebramos el 50 aniversario de nuestro Colegio “García Ródenas”.

Hace unos días, me encontré con unas alumnas que tuve los primeros años de mi estancia en este centro; por las cuentas que hago han pasado ya unos añitos pero la verdad es que los llevan muy bien. Y como siempre me dio mucha alegría el poder saludarlas y charlar un ratico con ellas. Es lo que nos pasa a los maestros cuando nos encontramos con antiguos alumnos que hace tiempo no hemos visto. 

Hablamos de distintas cosas, pero enseguida, ¿cómo no? salió el tema del aniversario del colegio. Me llamó la atención lo bien informadas que estaban de las actividades y de todo lo que rodea a esa celebración. Me dijeron que cómo no había escrito nada en el blog y que podría contar algunas cosillas después de estar tantos años en el colegio. Les hacía ilusión que escribiera algo. No les dije que sí, sólo que lo pensaría… Era cierto que después de 31 años algo habría para contar…

Y sin pensarlo demasiado, aquí van estas líneas.

Como muchos sabéis, no soy bullero ni murciano aunque algunos me vean toda su vida por esta tierra. Soy de Asturias y llevo aquí desde el 1 de septiembre de 1980 y hasta el 31 de agosto de 2011 que me jubilé, ejercí mi profesión de maestro en este pueblo, ¡31 años en Bullas! ¡casi nada! 

Bullas no fue mi primer trabajo en esto de la enseñanza, ya había hecho mis pinitos en otras provincias como Gerona, Las Palmas de Gran Canaria, Asturias, lo que me sirvió como experiencia para empezar esta nueva etapa y adaptarme al funcionamiento del nuevo centro sin ningún problema y, así empecé a trabajar en la 2ª etapa de E.G.B. 

Tengo gratos recuerdos de estos años trabajando con los mayores. ¡Qué clases tan numerosas! ¡Hasta 44 ó 46 niños/as! A pesar de tener en algunos grupos tantos alumnos se podía trabajar y los resultados no creo que fueran peores que ahora… ¡Ah! Teníamos alumnos de hasta 15/16 años.

Al llegar a Bullas todo era desconocido para nosotros. Pero eso no fue motivo para sentirnos solos, hemos tenido la suerte de dar con unos compañeros y vecinos entrañables que nos acogieron desde el primer momento con todas las atenciones y cariño. Los recuerdo aquí: D. José, Dª Mª Carmen, Dª Susana, D. Rafael, Dª Laura, D. José Pérez, Dª Juana, más tarde D. Cristóbal, la Sra. Josefa, Dª Loli (Colegio Artero), Mª Carmen, Angelita, D. Francisco y Maruja, etc. Siempre les agradeceremos su hospitalidad y cercanía.

Al principio hubo que adaptarse a la nueva vida que estábamos comenzando, era prácticamente todo nuevo: el centro, los compañeros, los vecinos, cualquier acontecimiento: comuniones, bautizos, santos, las comidas, etc., etc.

Y ya que digo “comidas”, recuerdo una anécdota al poco tiempo de llegar, en la celebración del santo de un compañero en el bar de la Sociedad de Cazadores, cuando en medio de los aperitivos y entremeses viene el camarero con un cesto de esparto lleno de habas y las va dejando a lo largo de la mesa. Mati y yo nos miramos extrañados y expectantes a ver que se hacía con aquello. ¡Vaya! Tardó la gente en dar cuenta de las habicas… ¡Anda!, la gente se come eso… pero si en Asturias se echan a los animales, le decía yo a Mati. Ese día las probamos, pero sólo eso; ya con el tiempo nos fuimos acostumbrando y ahora nos encantan…

El colegio García-Ródenas, ha sido “mi colegio especial”, en él pasé muchos años y conocí a muchas personas y en él pude realizar muchos de mis sueños como profesional y ejercer mi vocación.

Aparte de enseñar las distintas asignaturas, siempre tuve especial interés en inculcar a mis alumnos valores como la amistad, el respeto, la educación, el orden y la limpieza en el trabajo, etc. Así es que en más de una ocasión el tiempo de clase lo dedicábamos a hablar de estos temas. Seguro que si hay algún alumno que pasó por mis clases y lea esto, lo recordará.

Siempre consideré que el trabajo de un maestro, llegaba un poco más que enseñar unos conocimientos y que los alumnos salieran académicamente bien preparados; consideraba casi como un deber, enseñarles y a veces corregirles, ciertos comportamientos y aptitudes. A propósito de esto, solía recordarles muchas veces que...”si queremos vivir en sociedad y que nos respeten otras personas debemos de ser respetuosas con ellas” y que “en los detalles más sencillos mostramos lo que somos, y a veces… sin darnos cuenta”.

Cuando empecé a trabajar en el Ródenas, me llamó especial atención lo prematuras que eran algunas de las crías de 12, 13 y 14 años, en esto de los amoríos; las nenas venían acompañadas de sus amores a la escuela, a la hora del recreo tenían sus visitas y a la hora de la salida, allí les esperaban de nuevo sus “romeos”. Eso sí que era amor… 

¡Ah! Y al poco tiempo, según me comentaban, los “niños” pedían permiso para entrar en las casas de sus chicas. Supongo que para la mayoría de la gente, esto era lo normal, pero para mí me resultaba muy extraño porque yo jamás lo había visto ni vivido.

Recuerdo mis primeros años en el colegio, cuando había Gimnasia (E.Física) y hacía buen tiempo, salíamos de marcha al Castellar, al Pequeño Benidorm, al nacimiento de la Fuente del río Mula, etc. La Rafa era el lugar que más utilizábamos para realizar las diferentes actividades y ejercicios de Gimnasia: hacíamos circuitos, saltos de longitud y de altura, carreras de velocidad, juegos de habilidad y destreza, etc. Y sobre todo, como todavía me recuerda algún exalumno, los partidos de baloncesto y de futbito después de las 5, al terminar las clases, era cosa importante para ellos.

La falta de material era total, no teníamos nada más que un plinto, una colchoneta (que era el suplicio para algunas crías, incapaces de dar la voltereta a pesar de poner todo su empeño) y dos o tres balones de goma, uno de fútbol y el resto de baloncesto. Seguro que muchos lo recordaréis, así como nuestra “pista polideportiva” que utilizábamos cuando el mal tiempo nos impedía salir al patio o ir a La Rafa.

Esa pista… no era otra cosa que la sala donde estaba ubicado el antiguo comedor; para los que no conocieron esto, este espacio lo ocupa hoy la secretaría y la sala de profesores. 

Festivales de Navidad, desfiles de carnaval, viajes de estudio, salidas y visitas culturales, fiestas final de curso, celebraciones como el día de La Paz, la semana cultural, natación, escuelas viajeras, comidas en la Rafa con alumnos y padres, etc., etc., han ido sucediendo año tras año y en los que el tiempo y el trabajo dedicado a estas actividades era largo y costoso, pero la ilusión, el esfuerzo y el compromiso podían con todo.

Recuerdo con especial simpatía “La fiesta del Grate” ¡Cuánto tiempo nos llevó preparar las casetas..! Fue una actividad muy bonita en la que disfrutamos tanto alumnos como padres y profesores. y el “Zacatín solidario”, mercadillo que organizaron las compañeras de Infantil para recaudar fondos para Haití. 

Revivo la agradable sensación de aquel tiempo donde el buen clima en el colegio y las buenas relaciones entre los compañeros lo hacía todo más fácil. Creo que así continúa y fruto de ello es todo lo que están trabajando profesorado y padres en la celebración del 50 aniversario del colegio. 

No quiero terminar este relato sin contaros una pequeña anécdota que me pasó en una clase cuando recibí la visita de la Inspectora. Era habitual que los Inspectores entrasen en las clases e hiciesen algunas preguntas a los alumnos, mirasen las libretas, etc. En mi clase la Inspectora preguntó a un niño si conocía alguna poesía y ¡claro que sabía poesías! Pero fue a recitar la más adecuada a la situación…

Entre otros versos decía:


Eres alta y buena moza
pero no presumas tanto
que también las buenas mozas
se quedan para vestir santos.


Creo que mi cara al oír tal poesía cambió de color al instante, la Sra. Inspectora, era efectivamente alta y estaba soltera. Seguro que D. José Gómez lo recuerda porque estaba presente. 

Decir que mis compañeros han sido muy importantes tanto en mi vida profesional como en mi vida personal, es algo que muchos lo saben y es cierto. Por eso, he sido y me siento afortunado de haberles conocido, de trabajar y compartir con ellos experiencias e ilusiones, de la amistad y del cariño que me han regalado, etc., etc. Gracias por todo.

El día de mi jubilación me acordé de muchos de vosotros y la verdad que me hubiese gustado haber podido disfrutar de vuestra compañía, pero no pudo ser… seguro que nos veremos en otra ocasión.


Quiero mostrar, también mi agradecimiento a D. Jesús López y a D. Juan Matías por confiar en mí para formar parte de sus equipos directivos, como secretario, durante 17 años.

Y para terminar me gustaría escribir el nombre de muchos de mis alumnos y sobre todo de mis compañeros para mostrarles que guardo un afectuoso recuerdo de cada uno. Como esto es muy difícil sirva este abrazo que os envío y que espero daros personalmente el próximo día 19.

Luis Barrial Rivera




1 comentario:

  1. Anónimo4/27/2013

    D.Luis como antigua alumna tuya y también de unos de mis hijos me alegra mucho que hicieras caso de esas madres que te animaron a que escribieras algo en el blog, y más por algo tan bonito como es el cincuenta aniversario del colegio, o como antes todos le llamábamos, de la escuela. Como decía no podría ser de otra manera que alguien como tú con tantos años que has estado como profesor y secretario no podías dejar de contar como fueron los años vividos y tus experiencias. Me hubiera gustado muchísimo asistir pero por motivos ajenos a mi voluntad no pude, hubiera sido bonito ver a algunos maestros y darles un fuerte abrazo, pues a algunos los recuerdo con mucho cariño. Y a ti pues decirte que me quedo con tu forma de enseñar y de tratar a tus alumnos, con cariño y respeto. Y que siempre es motivo de alegría verte y charlar un rato.
    Gracias por tus años de dedicación y por tu forma de ser. Un saludo.

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