domingo, 4 de noviembre de 2012

Posted by Ródenas 50 Aniversario On 4.11.12
RECUERDOS


Añoranzas recorren mis pensamientos cada día que llevo a mis hijos al colegio. Hace ya muchos años que pasé por aquella etapa, pero aun hoy cuando piso el cole, parece que los años no han pasado tan rápidos.

Recuerdo cuando empecé la primaria, con D. Victoriano, aquel hombre mayor de poco pelo y largas manos, que nos hizo aprender las tablas de multiplicar, como el Padre Nuestro, si no nuestras patillas sentirían el no saberlo y, cómo no, D. Juan aquel profesor que sabía de todo un poco y que olía a ducados negro, aquella olor tan peculiar, nunca la voy a olvidar.

Por aquellos años ellos, los profes, vivían allí en el cole, donde está hoy las clases de infantil, y era aun mas fraternal el trato con ellos, pues a todas horas estaba abierto el cole y pasábamos por su calle a jugar al baloncesto o a ensayar aquellos bailes interminables de Grease y Dirty Dancing, en aquel escenario que tanto juego nos ha dado. Los recreos eran fundamentales para el baile, aprovechábamos cada minuto que duraba para bailar, ¡¡¡éramos unos artistas!!!

Compartimos muchos momentos importantes y transcendentales en el mundo como fue la guerra del Golfo, donde con mucha cautela y miedo vivimos aquellos momentos, nos manifestamos en el patio y es una de las imágenes que nunca olvidaré.

Los viajes al planetario, aquel globo gris, lleno de aire donde el acceder a él era fóbico, pero una vez dentro sentados contemplábamos las constelaciones, los planetas, el universo entero, ¡que recuerdos! Y, cómo no,  aquellas excursiones, que eran siempre las mismas, a ver el submarino Isaac Peral y a Tentegorra a comer, aquello por muy repetido que era nos lo pasábamos bomba, porque íbamos en el autobús cantando, contando chistes, en fin...

Y aquel viaje de fin de curso a Madrid, aquello fue espectacular, cómo olvidar aquellas noches en el albergue llorando porque teníamos miedo y queríamos irnos con nuestras madres, pero a la vez nos reíamos de vernos a nosotras mismas, en esa situación. Recuerdo todas esas fotos en el Valle de los Caídos, o cuando fuimos al Bernabéu, casi todos del Madrid, madre mía, cómo se notaba que éramos niños, infantiles, no sé, lo veo muy distinto a como son ahora en la misma edad; recuerdo el día del parque de atracciones, la montaña rusa, la barca, un sin fin de atracciones, que más de uno firmó que no se volvería  a subir, y como última visita la casa del terror, aquello se nos quedó grabado para siempre, cómo Doña Mari Carmen, la mujer de D. Juan, salió llorando y se hizo hasta pipí encima del miedo que pasó. Mira que era una mujer con unos ojazos tremendos, pues aquellos ojos se multiplicaron cuando salimos de aquel tenebroso castillo.



Un sin fin de recuerdos invaden mi memoria como cuando comenzamos el inglés que fue ya por quinto de primaria, donde empezamos con D. Juan Matías y luego Doña Pilar, aquella profe entrañable que después continuó con nosotros en la E.S.O. Recuerdo aquellas clases interminables de Geografia con D. Jesús, (el chechu), eran deberes y deberes y mas deberes; de D. José y Doña Mari Carmen, que aún hoy cuando los veo me asombra ver que por ellos no han pasado los años; D. Luis y su mujer Doña Mati, madre mía cuantos éramos. ¡¡¡¡¡¡ Ojalá nos pudiéramos reunir todos!!!, porque D. Juan fue mi tutor durante los cuatro últimos años de la Primaria, aquel hombre de bigote que tanto le gustaba el Ducados, aquel profesor que tanto nos enseñó, uno de mis mejores maestros.



No me cabrían todos y cada uno de los recuerdos, que guardo en mi mente, porque son muchos pero sí los más significativos he querido plasmarlos en estas letras, seguro que muchos de los que lo lean se acordaran de aquellos momentos, que formaron parte de nuestras vidas, y que nos ayudaron a tomar el rumbo de las mismas.

Ahora quiero decir un breve, verso, poesía o simplemente unas palabras sobre esos años.

RECUERDOS:
Recuerdo que desde aquel año me cambió la vida,
comencé una nueva etapa llena de madurez y sensatez.
Cada año dábamos un paso hacia arriba, subíamos un escalón,
en nuestro día a día, cada peldaño un significado distinto tenía,
nuevas normas, nuevos pensamientos y nuevas experiencias,
nos envolvían, pasaban los años y rápidamente crecíamos,
comenzábamos a madurar, y a decidir lo que realmente se quería,
llegó la hora de la despedida, con una gran fiesta dejamos el colegio,
que tantos valores y formación nos había dado en esa primera etapa.
Nos despedimos como grandes alumnos, que hasta con una banda nos condecoraron,
haciendo mención a los buenos estudiantes que allí se habían formado.
Ahora son mis  hijos los que allí se están preparando, al igual, que un día, sus padres por ahí pasamos
por eso cada vez que voy a recogerlos o llevarlos, la añoranza invade mis pensamientos y
la nostalgia recorre por mi mente, de ver que lo que yo viví, lo vuelvo a vivir hoy en el presente.
Por eso Ródenas te llevo en mi recuerdo y mi corazón, porque aquellos maravillosos años,
hoy los consigo recordar como una vivencia no pasada, sino muy presente.

CHARO HUÉSCAR MARTÍNEZ.




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