martes, 4 de junio de 2013

Posted by Ródenas 50 Aniversario On 4.6.13
BUENAS TARDES

Todo ha cambiado mucho desde que se fundó este colegio, la sociedad, las familias, el alumnado, el entorno, por lo que voy a comenzar haciendo una breve referencia a las circunstancias que rodearon este acontecimiento.


Bullas tenía una economía eminentemente agrícola, y era un pueblo de jornaleros. Coincidía con la industrialización de otras zonas de nuestro entorno como el País Vasco, Cataluña y Valencia, y eso hizo que nuestros padres de familia emigraran masivamente hacia esos lugares y también al extranjero, principalmente a Alemana y Francia, preocupados por la falta de trabajo en su pueblo y con la voluntad de ofrecer un futuro mejor a sus hijos. Era una época dura, familias enteras abandonaban su pueblo para dirigirse a otras ciudades del país y otras quedaban a la espera de la vuelta del padre que había emigrado al extranjero.


Bullas contaba con algo más de nueve mil habitantes, y la población escolar, sin contar los párvulos, era de 1545 alumnos entre niños y niñas.


En aquella época, el Barrio Nuevo, donde se ubica este centro, era muy diferente a como es hoy, estaba en plena construcción y por aquella época se negociaba la red para el abastecimiento de agua potable a todas las casas del municipio.


En 1956 el Ayuntamiento de Bullas, siendo alcalde don Manuel López Carreño solicitó dos grupos de escuelas de cuatro aulas para niños, y otras cuatro aulas para niñas, y ocho viviendas para maestros. En 1950 ya se intentó, pero pese a ser muy necesario, no se pudo llevar a cabo por falta de recursos.


En 1956 se aprovechó el cambio de legislación reguladora de esta materia que supone que la aportación municipal sea más baja, y  Bullas se acogió a los beneficios que el Estado concedía a los ayuntamientos.


Este nuevo centro escolar llevaría el nombre del obispo D. Alfonso Ródenas García, pero se le nombraba coloquialmente como “escuelas nuevas”. Se edificó a cargo de la Junta Provincial de Construcciones, siendo la aportación municipal el 20% del importe del presupuesto de obras.


El ayuntamiento también ofreció los metros necesarios para la construcción en el entonces llamado “Barrio de la Almazara”. En principio se ofrecieron mil metros cuadrados, pero pronto el arquitecto escolar de la provincia sugirió que eran escasos, y que harían falta casi tres mil metros más.


El solar era propiedad de don Joaquín Carreño Marsilla, que aún disponía de tres mil doscientos cuarenta metros más, por los que se acuerda comprarlos en su totalidad al mismo precio que los anteriores, veinticinco pesetas por metro, siendo el coste total del solar de cien mil pesetas.


El arquitecto, que se llamaba Pedro Cerdán, presentó en 1957 el proyecto que ascendía a poco más de tres millones de pesetas, y que fue aprobado en mayo de ese año. Para dar una idea, entonces mil ladrillos costaban quinientas cincuenta pesetas.


Las viviendas y el edificio de la escuela serían propiedad del Estado, y la conservación del edificio y su mantenimiento estarían a cargo del consistorio.


Como se puede observar, las viviendas para maestros desaparecieron a comienzos de la década del 2.000 para construir el centro de educación infantil, que comenzó a funcionar en 2003 y el edificio en principio no tenía las clases que hoy existen entrando por la puerta principal a la derecha, pues en su lugar había  un patio.


El 8 de octubre de 1962 a las cinco de la tarde tuvo lugar la inauguración del nuevo colegio con la asistencia de los alcaldes de Caravaca, Mula, Campos del Río y Albudeite, también asistieron las primeras autoridades de la provincia, como el gobernador militar y el inspector provincial de primera enseñanza. Aquí, don Manuel había dejado de ser alcalde y lo era don Gregorio Fernández Moya. Este acto, suponemos que estuvo rodeado de toda la bomba y boato que merecía y, además, estas escuelas fueron bendecidas por el párroco que por entonces había en Bullas, don José Escribano García.


Este mismo día se inauguró la remodelación de la plaza, a la que se le había instalado una fuente con luces. Dicha remodelación era una necesidad ya que estaba muy deteriorada y, además, como todo el tráfico de Caravaca a Murcia y viceversa pasaba por este punto, había que dar buena imagen.


También se inauguró la remodelación del matadero municipal, pues no cumplía con los requisitos de salud pública, y  el alumbrado de luz fluorescente en las principales calles y de la plaza.


La existencia de este nuevo centro escolar en Bullas supuso todo un hito en la historia de la educación, ya que por primera vez las niñas asistían a una escuela del Estado. En aquella época los niños asistían a la escuela del obispo D. Antonio García García  llamadas “escuelas de los cuatro maestros” o “escuelas viejas” tras la inauguración de éstas y a otras particulares y las niñas estaban dispersas en edificios privados como la de doña Mercedes o la escuela parroquial de doña Laura….

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Cincuenta años de existencia siempre es algo trascendental para una institución, especialmente cuando se trata de un centro educativo en el que han crecido y se han formado muchas generaciones de hombres y mujeres de Bullas.
El colegio Obispos García Ródenas cumple cincuenta años. Medio siglo que ha visto cómo en las aulas de este prestigioso y querido colegio, que actualmente honra con su nombre a dos ilustres obispos de la localidad (don Antonio García García y don Alfonso Ródenas García), se han formado miles de alumnos y alumnas que han contribuido día tras día y año tras año con su trabajo a engrandecer a su pueblo. Una prueba de evidente valía y eficacia del colectivo de profesores con que ha contado a lo largo de estos diez lustros de existencia.
 Quiero desde aquí agradecer el generoso esfuerzo de todos los maestros y maestras que han pasado por este centro.


Este colegio constituye todo un ejemplo a imitar de lo mucho y bueno que un centro educativo puede ofrecer, no solo desde el punto de vista pedagógico, sino también en valores como el pluralismo, la tolerancia o el respeto a la diversidad. Y todo ello lo ha conseguido además velando siempre por la innovación y la calidad en la atención a los alumnos.


Un centro educativo es sobre todo un grupo humano que comparte espacio, tiempo e historia, fines y objetivos, es una organización con fuertes lazos de unión con sus comunidades educativas, donde se desarrollan estrechos vínculos personales. El colegio Obispos García Ródenas tiene de esta manera su propia singularidad y compromiso con la gente de Bullas.


Mi más afectuosa enhorabuena a todas las personas que han contribuido con su trabajo y su compromiso a engrandecer este gran proyecto.

Quiero expresar mi agradecimiento a la dirección del centro, profesores, alumnos, AMPA y personal no docente, por contribuir día a día a dar sentido y contenido a la tarea educativa, con la seguridad de que seguiréis aportando compromiso y profesionalidad al desarrollo de la educación.


Por último, os quiero felicitar por la organización de todos los actos que habéis celebrado durante este curso 2012/2013 para conmemorar este medio siglo de vida, pues han sido un éxio.

MUCHAS GRACIAS

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